Aunque no podemos prescindir de la tecnología, sí podemos usarla de manera más sostenible. A continuación, te dejamos algunos hábitos sencillos que pueden marcar la diferencia:
• Limpia tu bandeja de entrada: Los correos electrónicos almacenados ocupan espacio en servidores que consumen energía. Eliminar correos antiguos y darse de baja de newsletters innecesarias ayuda a reducir el consumo.
• Evita el streaming innecesario: Ver vídeos en alta resolución requiere mucha energía. Si sabes que verás una película o serie varias veces, puedes descargar el contenido en lugar de reproducirlo cada vez. Reducir la calidad del streaming cuando no sea imprescindible también puede ayudar.
• Usa buscadores ecológicos: Algunas plataformas, como Ecosia, plantan árboles con los beneficios generados por las búsquedas.
• Apaga y desconecta los dispositivos: Cuando no estés utilizando tu ordenador o móvil, apágalo o ponlo en modo ahorro de energía.
• Reduce el uso de la nube: Guardar archivos en la nube consume más energía de lo que parece. Siempre que sea posible, almacena documentos importantes en discos duros externos o en tu propio dispositivo.
• Prolonga la vida útil de tus dispositivos: Cambiar de móvil u ordenador cada pocos años tiene un gran impacto ambiental. Repara, actualiza y aprovecha al máximo tus aparatos antes de sustituirlos.
Internet ha cambiado la forma en que vivimos, trabajamos y nos comunicamos, pero eso no significa que no podamos hacerlo más sostenible. Pequeños gestos como reducir el uso del correo electrónico, optimizar la forma en que consumimos contenido digital o cuidar nuestros dispositivos pueden ayudar a disminuir nuestra huella digital.
Ahora que ya lo sabes, ¿aceptas el reto de navegar de manera más responsable?